Paula y David contaron conmigo para darle vida a su nueva casa. Esta vivienda necesitaba un toque de personalidad y estilo para hacer de ella un hogar para los dos.

Ellos tenían muy claro que el tabique entre la cocina y el salón era un obstáculo visual,  por lo que se decidió crear una cristalera a media altura para aportar amplitud y luminosidad a ambas estancias. 

Partiendo de esta cristalera se creó el estilo definitivo para la zona convivial. El salón contaría con muebles de madera y lámparas con volumen. El comedor, adjunto a la entrada,   tendría una pared con papel pintado que marcaría el punto focal de la estancia , aportando calidez a este espacio.

En la entrada se creó un mueble a medida con diversas funciones: por un lado, un armario para abrigos y zapatos  y, por otro lado, estantes flotantes para dejar las llaves al entrar y colocar algunos elementos de decoración. 
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La paleta de colores elegida para este proyecto fue una gama cromática de tonos tierra combinados con tonos azules y grises, con ciertos toques en dorado para dar luminosidad a la estancia.
 
La elección del mobiliario y la decoración se basa en materiales naturales como la madera, así como plantas naturales y motivos florales representados en el papel pintado de la zona del comedor y la entrada.